Antoni Miralda
“What you want is what
you get”
Galería Moisés Pérez
de Albeniz
14/11/2015 – 16/01/2016
Cubierta por una M de McDonalds, la
fachada de la galería Moisés Pérez de Albéniz nos invita a degustar el
particular universo de la Food Cultura de Antoni Miralda. Como reflexión del acto político que supone la
acción cotidiana de comer, el artista utiliza uno de los iconos del capitalismo
y lo reinterpreta a partir de dos huesos curvados de pollo para convertirlo en
un amuleto o talismán, objeto al que se le atribuyen virtudes protectoras y
sanadoras contra la ingesta de los productos de estos establecimientos.
Ya en sus
primeros trabajos, realizados en la ciudad de París durante la década de los
sesenta, estaba presente esta actitud crítica y provocadora tan característica
del lenguaje conceptual que utiliza. En paralelo a sus obras antimilitaristas -
Soldats Soldes, 1967-1972- en las que incorporaba soldados de
plástico unidos entre sí en un intento de ridiculizar la gloria militar, fue
introduciendo la comida como referente antropológico, cultural y político de la
sociedad contemporánea. Este elemento se ha convertido finalmente en
protagonista indiscutible de su producción durante las ultimas décadas, alejando
muchas de sus obras del objeto artístico que acostumbramos a ver expuesto en
los espacios de arte contemporáneo. Su carácter efímero rompe los parámetros
del mercado del mismo modo en que lo hizo el artista Povera Giovanni Anselmo en el año 1968, con una escultura en la que dos bloques de granito de
distintos tamaños comprimían una lechuga durante su proceso de descomposición.
El trabajo de Miralda puede mutar como organismo cambiante y llegar, incluso, a
su total descomposición, como sucede en la intervención “Food situation for a patriotic banquet”, realizada en 1973. Lo importante aquí es el proceso, la idea de comida-ritual,
ritual-comida, en la que incide como
condición esencial. Es destacable el Food Pavillion de
Hanover del año 2000,
donde estuvieron presentes los tres elementos imprescindibles para él: participación,
contexto y proceso.
En la exposición
de la calle Doctor Fourquet nº 20 una alfombra nos da la bienvenida con la
frase “What you want is what you get”. Frente a nosotros, como reliquias milagrosas
protegidas en una urna, aparece el “Mc Amuleto” en doble formato escultórico; a
su derecha, una recopilación de diferentes tipos de huesos para perros en una
vitrina y a su izquierda, los “Mc Google”, pantallazos humorísticos que todos
podemos encontrar navegando en internet y que evidencian una inquietante y
perturbadora imagen de lo que estos restaurantes de comida rápida proyectan.
A
continuación,”Love affair”, una video-proyección en la que la bandera de Estados Unidos y la de
la multinacional McDonald´s ondean entrelazadas simulando una unión amorosa. Esta
obra nos remite a “Honeymoon Project”[1] y funciona como interludio entre la primera y la
segunda parte de la muestra.
En este
espacio el artista aborda temas de actualidad como la clonación y los transgénicos. Por último,
hace referencia a centros museísticos internacionales en los que está
totalmente prohibido comer y propone una mesa redonda donde los comensales
puedan sentarse a reflexionar sobre la necesaria actividad de ingerir
alimentos, realizada de manera casi autómata en nuestra vida cotidiana.
El concepto de comer es poder, ligado estrechamente a la
actualidad política y social, es el motor de una propuesta que busca poner en
cuestión la propia institución museística. Sin embargo, será justamente el
espacio de la galería el que desactive el componente crítico y reflexivo de la
obra para enmarcarla en el ámbito de la provocación superficial y el recurrente
uso de la anécdota.
Interesado siempre en realizar sus
propuestas alejado del circuito convencional del arte, Antoni Miralda traslada
sus intervenciones a la galería y “lo que quiere es lo que obtiene”:
una exposición en un espacio que necesita un producto consumible para los
compradores. Además de traducir los aspectos formales y conceptuales que
funcionan como idea fuerza, ejercicios de un depurado sarcasmo, facilita a la
galería el acto apropiacionista elaborando conceptos que le sirven para mostrar
su lado más informal y relajado, en un intento de invisibilizar lo que es en realidad:
un vendedor que cumple las exigencias del mercado del arte.
A
pesar de las limitaciones, esta exposición es un acercamiento recomendado para
aquellos que aun no conocen o, por el contrario, ya han tenido ocasión de
disfrutar de su trabajo. Reconocido a la vez que incomprendido en muchas otras
ocasiones, precisamente por intentar escapar a parámetros que constriñen la
producción artística, me quedo con su permanente búsqueda de liberarse, de disfrutar
el viaje. Este es el potencial evocador de la gran mayoría de sus intervenciones,
que reivindican ese “mínimo de revuelta”.
Jone Loizaga
[1] El proyecto realizado por Antoni Miralda Honeymoon Project, un enlace simbólico
entre la estatua de Colón de Barcelona con la estatua de la Libertad de Nueva
York.
Te comes las comas, Jone.
ResponderEliminarLas críticas de arte no llevan notas al pie.