Amores Perros
Michael Horsky
Galería Alegría
DIC/ENE 2015/2016
Aun huele a pintura en la pequeña sala de doctor Fourquet donde entramos a mirar más cerca ese cuadro tan desagradable que vimos desde la calle. Uno lo necesita. El primer golpe de color es intenso. Una mezcla entre rosáceos al más puro estilo kitsch, colores chirriantes junto a grises apagados y lechosos, tierras que casi parecen barro. Entre los motivos representados: cuerpos, animales, pelo y sexos. Todos amontonados en un mismo espacio donde se entremezclan y rompen las líneas que separan unos de otros.
Pero a poco que uno se recupere de la primera impresión se da cuenta de que se encuentra delante de un fanático de la pintura. Encontrar armonías entre lo informe y en una paleta tan, en principio, disonante solo obedece a un profundo conocimiento de la pintura tanto práctico como de su historia. Michael Horsky (Praga 1973) nos remite a figuras de la pintura europea tales como Goya, Velázquez, el expresionismo alemán, o incluso Kippenberguer. Su dominio de la mancha denota un estudio profundo en unos cuadros que aunque a primera vista pudiera parecer que estuvieran hechos con rapidez, dada la soltura de la pincelada, realmente acumulan muchas sesiones tras de sí hasta llegar a los resultados que podemos contemplar. A sus pinturas, que repasan los formatos típicos de la pintura incluyendo un pequeño tondo, acompañan varios pasteles a este particular acercamiento entre pintura y libido.
La pintura de Horsky es, como ya señalan su misma hoja de sala “descortés con el espectador”, pero si uno se libra de esa primera impresión encontrará una pintura tanto de conjunto como de matices, con carácter hipnótico y que atrae un poco más, cada vez que uno vuelve a ella. Aunque quizás sea la suya una pintura poco experimental, que tras recuperarnos de un primer shock nos remita demasiado a la pintura antigua y que nos pueda dejar con ganas de más, por otra parte, puede que ahí resida su encanto. De cualquier modo, una obra que reflexiona sobre sus medios, sin importar que sea atractiva en una primera impresión, creo que es importante mencionarla en estos días en los que parece necesaria una seductora, por breve, primera impresión.
J. Montoro Campoy
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