viernes, 22 de enero de 2016

Ver, pero no oír


Vista, olfato, tacto, gusto y oído. Cinco son los sentidos que el ser humano posee, y dos los que la artista peruana Cecilia Paredes quiere destacar en su retrospectiva en el centro de Promoción del Arte Tabacalera: Oyendo con los ojos. Unos ojos que se pierden en la penumbra de un espacio en el que las instalaciones, fotoperformances o esculturas aparecen como piezas que únicamente anhelan el favor de la mirada.

La sala principal de acceso nos recibe con dos instalaciones elaboradas 'in situ' para la exposición, dos obras cuyo poder sugestivo nos hace cerrar los ojos y recrearnos en el tacto, censurado en este caso ante el favor de la mirada que no oye. En la pared frontal podemos ver (pero no tocar) Quetzalcóatl un manto de plumas de gallina teñidas de azul que rinde homenaje a los cuarenta y tres estudiantes desaparecidos en México en septiembre de 2014. Junto a ella se alza otro manto, en este caso de corales recogidos en las playas de Costa Rica, y que se suspenden entretejiéndose los unos con los otros para conformar una serena manta-raya.

Estas dos piezas entroncan con una de las inquietudes que recorren la obra de Cecilia Paredes: el poder de la naturaleza como intermediaria entre los problemas del mundo y el ser humano. La utilización de elementos naturales de deshecho es constante en la obra de la peruana que recicla los diferentes materiales (en su mayoría orgánicos) ofreciendo un nuevo lenguaje como se observa en la instalación El vuelo, que pretende ser a su vez metáfora de género femenino que quiere echar a volar. La plegaria es otra instalación cuyo mensaje queda inacabado bien sea porque la artista no pudo insertar los nombres de todos los pedófilos, o porque la madre se nos muestra completamente aislada de la obra.

Por su parte, All together now es una instalación con tintes pacifistas y poéticos que quiere reflejar la esperanza que simboliza la unión de los pueblos del mundo a través de una enredadera con flores de los distintos rincones de la Tierra. El deseo mantiene ese afán ilusionante y amablemente pacifista que los seres humanos albergamos, valiéndose en este caso de las plegarias que se realizan en Perú. Este deseo de unidad lo ha vivido Cecilia Paredes en primera persona ya que es mujer migrante que ha vivido en Perú, México, Costa Rica y Estados Unidos, en la actualidad. Migración supone la expresión de ese viaje frágil quese muestra a través de las barcas suspendidas.

Junto a esta amalgama de instalaciones, podemos encontrar diseminadas por este gran edificio industrial una serie de fotoperformances en las que la artista se camufla con la imagen. Una metamorfosis altamente estética que busca mezclar el espacio real y el imaginario. Cecilia Paredes se exhibe y al mismo tiempo se oculta, se camufla con la ayuda de sus asistentes en animales (Papagayo, Armadillo) o en tejidos. En estos casos se busca el predominio de la forma poética sin arriesgarse por el compromiso creando así gestos puramente formales.

El calor de los diálogos interdisciplinarios tanto a nivel formal como a nivel de significado se pierde en una exposición que busca abarcar demasiado, en la que solo se encuentra el peso de la poética y las raíces peruanas de la artista como hilo conductor. Un hilo que se muestra débil como en la instalación sobre el paso de la vida en la que las gotas de agua se ven artificiales representando una vida que busca un compromiso, pero que no lo encuentra. El espacio semiabandonado y en penumbra quizá sea demasiado amplio para desarrollar esta retrospectiva ya que interfiere en el sentido global de la obra creando una atmosfera laberíntica, una atmosfera ya de por sí compleja semánticamente. En definitiva, el microcosmos de la artista se torna agobiante por su esteticismo y su delicadeza en extremo depurada. La búsqueda de metáforas y símbolos en el pasado, en la naturaleza y en la cultura convierten a las obras de la artista peruana en piezas que poseen un contenido poético, pero en las que no se puede observar el compromiso a través de todos los sentidos; solo a través del placer de mirar como mera fruición.
Cecilia Paredes. Instalación. Fotografía: Andrés Arranz. Cortesía Promoción al arte
Artista: Cecilia Paredes
Exposición: Oyendo con los ojos
Organiza: Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 
Comisariado: Alejandro Castellote y Blanca Berlín
Lugar: Tabacalera. La Principal Calle Embajadores, 51, Madrid
Fechas: Del 16 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016

Íñigo Gómez Eguíluz


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