Vista, olfato, tacto, gusto y
oído. Cinco son los sentidos que el ser humano posee, y dos los que la artista
peruana Cecilia Paredes quiere destacar en su retrospectiva en el centro de
Promoción del Arte Tabacalera: Oyendo con
los ojos. Unos ojos que se pierden en la penumbra de un espacio en el que
las instalaciones, fotoperformances o esculturas aparecen como piezas que
únicamente anhelan el favor de la mirada.
La sala principal de acceso nos
recibe con dos instalaciones elaboradas 'in situ' para la exposición, dos obras
cuyo poder sugestivo nos hace cerrar los ojos y recrearnos en el tacto,
censurado en este caso ante el favor de la mirada que no oye. En la pared
frontal podemos ver (pero no tocar) Quetzalcóatl un
manto de plumas de gallina teñidas de azul que rinde homenaje a los cuarenta y
tres estudiantes desaparecidos en México en septiembre de 2014. Junto a ella se
alza otro manto, en este caso de corales recogidos en las playas de Costa Rica,
y que se suspenden entretejiéndose los unos con los otros para conformar una
serena manta-raya.
Estas dos piezas entroncan con una de las inquietudes que
recorren la obra de Cecilia Paredes: el poder de la naturaleza como intermediaria
entre los problemas del mundo y el ser humano. La utilización de elementos
naturales de deshecho es constante en la obra de la peruana que recicla los
diferentes materiales (en su mayoría orgánicos) ofreciendo un nuevo lenguaje
como se observa en la instalación El vuelo, que pretende ser a su
vez metáfora de género femenino que quiere echar a volar. La plegaria es otra instalación cuyo mensaje queda inacabado bien
sea porque la artista no pudo insertar los nombres de todos los pedófilos, o
porque la madre se nos muestra completamente aislada de la obra.
Por su parte, All together now es una instalación con
tintes pacifistas y poéticos que quiere reflejar la esperanza que simboliza la
unión de los pueblos del mundo a través de una enredadera con flores de los
distintos rincones de la Tierra. El deseo
mantiene ese afán ilusionante y amablemente pacifista que los seres humanos
albergamos, valiéndose en este caso de las plegarias que se realizan en Perú.
Este deseo de unidad lo ha vivido Cecilia Paredes en primera persona ya que es
mujer migrante que ha vivido en Perú, México, Costa Rica y Estados Unidos, en
la actualidad. Migración supone la
expresión de ese viaje frágil quese muestra a través de las barcas
suspendidas.
Junto a esta amalgama de
instalaciones, podemos encontrar diseminadas por este gran edificio industrial
una serie de fotoperformances en las que la artista se camufla con la imagen.
Una metamorfosis altamente estética que busca mezclar el espacio real y el
imaginario. Cecilia Paredes se exhibe y al mismo tiempo se oculta, se camufla
con la ayuda de sus asistentes en animales (Papagayo,
Armadillo) o en tejidos. En estos
casos se busca el predominio de la forma poética sin arriesgarse por el
compromiso creando así gestos puramente formales.
El calor de los diálogos
interdisciplinarios tanto a nivel formal como a nivel de significado se pierde
en una exposición que busca abarcar demasiado, en la que solo se encuentra el
peso de la poética y las raíces peruanas de la artista como hilo conductor. Un
hilo que se muestra débil como en la instalación sobre el paso de la vida en la
que las gotas de agua se ven artificiales representando una vida que busca un
compromiso, pero que no lo encuentra. El espacio semiabandonado y en penumbra
quizá sea demasiado amplio para desarrollar esta retrospectiva ya que interfiere
en el sentido global de la obra creando una atmosfera laberíntica, una
atmosfera ya de por sí compleja semánticamente. En definitiva, el microcosmos de la artista se torna agobiante por su
esteticismo y su delicadeza en extremo depurada. La búsqueda de metáforas y
símbolos en el pasado, en la naturaleza y en la cultura convierten a las obras
de la artista peruana en piezas que poseen un contenido poético, pero en las
que no se puede observar el compromiso a través de todos los sentidos; solo a
través del placer de mirar como mera fruición.
![]() |
Cecilia Paredes. Instalación. Fotografía:
Andrés Arranz. Cortesía Promoción al arte
|
Artista: Cecilia
Paredes
Exposición: Oyendo con los ojos
Organiza: Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes. Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte
Comisariado: Alejandro Castellote y Blanca Berlín
Lugar: Tabacalera.
La Principal Calle Embajadores, 51, Madrid
Fechas: Del
16 de octubre de 2015 al 17 de enero de 2016
Íñigo Gómez Eguíluz
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