Duty-Free Art
Artista: Hito Steyerl
Comisario: João Fernandes
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
11 noviembre, 2015 - 21 marzo, 2016
Duty-Free Art es como exposición uno de los mejores proyectos
curatoriales que podemos encontrar ahora en Madrid, donde la interconexión
entre las obras expuestas va generando una narrativa que las conecta y
relaciona entre sí. Un montaje, en cierto modo teatral, por el que a través de
los distintos espacios se crea un discurso sobre nuestra propia dimensión en
relación al medio y los lugares con los que nos relacionamos. El discurso Traza una conexión
en base a aquello que es visible y que no es visible en un marco histórico caracterizado por la sobreinformación y su conexión a través a través del hipervínculo. La propia naturaleza de
la exposición implica que tomar contacto con las obras requiera un largo
tiempo, lo que en cierto modo sería paradójico cuando los procesos
comunicativos están en proceso de aceleración constante, donde se ha pasado del
medio como masaje de Marshall MacLuhan a la era de los terremotos que plantean Shumon Basar,
Douglas Coupland y Hans Ulrich Obrist y donde la crisis de la posmodernidad ha
dado lugar a que las sociedades líquidas de Zygmunt Bauman se hayan tornado en
procesos aún más inestablemente gaseosos.
Es cierto que la exposición se puede abrir a múltiples hermenéuticas,
pero inevitablemente su narrativa gira en torno al como las estructuras de
control han desbordado los medios de la modernidad y han desarrollado geopolíticas
y realidades post-estatales que de una forma u otra son aludidas
directamente en el título de exposición. Las estrategias que va
desarrollando Steyerl entrarían en relación con la idea del détournement situacionista, donde se van
reutilizando o incluyendo elementos de la cultura popular, fundamentalmente de aquello que algunas teorías consideran bajocultural: el cine de serie B, el
videoclip o el videojuego. De esta forma ironiza a través de la estética de lo
cutre como instrumento conductor de muchas de sus obras; estrategias que se tornan en praxis política. En cierto modo se propone la transformación
de aquellas componendas que Baudrillard denominó el simulacro y la hiperrealidad.
Pero también el pastiche posmoderno de Jamenson, construcción post-histórica
que puede derivar en un algo reaccionario, se revierten y se pueden instrumentalizar
como mecanismos de resistencia.
Sobre la exposición también se
puede sacar una lectura en torno a las sociedades de la vigilancia, que Foucault analiza como dispositivos punitivos relativos en gran medida a la noción del panóptico en Vigilar y
castigar, y como estas transcienden en
las dinámicas sociales del neoliberalismo imperante. Desde la militarización de
la sociedad, reflejada en obras como The
Tower, realizada ex profeso para la
exposición o la irónica Red alert. Pero
también de abordar la idea del propio museo como un dispositivo de control sobre
el visitante y la forma en la que es condicionado a mediar con lo que se expone
en la segunda obra que vemos tras el comienzo de la exposición, Guards.
En relación a la idea que reflexiona acerca del uso del medio visual o la mera visualidad sin mediación como
estrategia, brillante resulta la forma de abrir y cerrar la exposión; la rotura
de una pantalla led en Strike, nos da
una clave de cómo nos podemos apropiar de un medio a través de la alteración
del mismo. Pero a su vez, el cierre con La
habitación gris de Adorno donde se relata el Busenattentat, el atentado de los pechos “contra” Theodor Adorno,
se puede entender como el discurso crítico es una mera componenda y como en
tanto a que es componenda se puede tornar en inoperante según en que formas es instrumentalizado, pero también cuales son los límites de lo visible.
Cristian Sánchez San Segundo
Cristian Sánchez San Segundo
¿No es demasiado farragoso el final?
ResponderEliminarSi muy farragoso.
ResponderEliminarFdo. El
Mecánico loco
Ten cuidado, ten cuidado.
EliminarEl otro día le vi saliendo de la fabrica de patatas fritas Risi con bidones de aceite. Solo te digo que si pasas por su taller, el cambio de aceite viene acompañado de un ambientador intramecánico con olor a patatas chips.
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