Paz Errázuriz
Fundación Mapfre Bárbara de Braganza
16 de diciembre - 28 de febrero de 2016
Nace en 1944 en Santiago de
Chile, siendo precisamente el lugar de nacimiento fundamental en su carrera
como fotógrafa. Inicialmente se forma como educadora por la Cambridge Institute of Education en 1966 y la
Universidad Católica de Chile en 1972, pero su introducción a la fotografía
será de forma autodidacta; una fotografía con un fuerte componente social que irrumpe
en uno de los periodos más trágicos y de mayor represión en Chile, la dictadura
de augusto Pinochet (1973-1990). En 1980 lleva a cabo su
primera exposición individual, titulada Personas, en el Instituto
Chileno-Norteamericano de Santiago. Con posterioridad, un año después, funda
con compañeros la Asociación de Fotógrafos independientes (AFI). Forma parte del
Grupo 8, colectivo artístico que pone
en valor el trabajo en común y en el que participan otros fotógrafos como
Leonora Vicuña, Alexis Díaz, Claudio Pérez, Miguel Navarro, Javier Godoy,
Álvaro Hoppe y Alejandro Wagner. En relación a la exposición, casi la totalidad de imágenes son presentadas en blanco y negro, pero
alguna es en color. También se proyecta un video del proceso
de degollado y desollado de una oveja, que entra en relación con la crudeza de
muchas de las imágenes mostradas en la exposición, pero contrasta con la exposición, no solo por el formato. sino también por la ausencia de figuras humanas, algo que si ocurre con el resto de obras
presentadas, donde esta adquiere una centralidad.
En sus series
de fotografías quedarán registradas normalmente alteridades sociales, seres que
se ha pretendido mantener en la invisibilidad, tanto durante como después de la dictadura en Chile.
En algunas de estas es imposible no trazar una relación con otras fotógrafas
como Nan Goldin o Diane Arbus. Fotografías en las que inevitablemente se asocian a la idea de lo abyecto que se
desarrolla en psicoanalistas como Julia Kristeva y que en cierto modo, aunque
alejándonos del propósito de Errázuriz, podríamos asumir que se genera una
suerte de displacer en la visión de las mismas. De todos modos es en el sentido
de lo no visible donde se vislumbra la motivación política de las imágenes
captadas por Errázuriz, que no solo problematizan con la represión política, que además de ser uno de los momentos que más terror se generaba por parte de un estado, también supusieron un experimento de lo que
serían las practicas neoliberales. En este sentido, la aproximación a la
alteridad no solo era un problema específico de Chile, sino que se manifestaba
y manifiesta de distintas maneras en diferentes marcos históricos y espaciales.
Es cierto que
en algunas series si refleja de forma directa la represión de la administración
chilena, como las protestas públicas acaecidas en 1985 durante el Día de la
mujer. Estas son precisamente explosiones de lucha frente que evidencian de una
forma explícita las problemáticas sociales, pero en otras, casi todas las
imágenes presentadas, se
vislumbra como ciertos dispositivos de control social se aferran a lo que no es públicamente visible.
Las fotografías tomadas en el hospital psiquiátrico Philippe Pinel dentro de las
series El infarto del alma
(1992-1994) y Antesala de un desnudo
(1999) son el mejor reflejo de esto, del constructo loco que es recluido en
tanto no responde a lo normativo. De todos modos, la visión que se da en la
serie El infarto del alma lejos de mostrar una visión necesariamente desamparada, las imágenes muestran
que incluso en esos espacios de lo abyecto, lo no visibilizable, se generan
lazos entre aquellos que los habitan, pero en Antesala de un desnudo la mirada se torna en una lectura mucho más
cruda del psiquiátrico como espacio de control.
Otras series abordan la
sexualidad y los trabajadores sexuales, formalmente y sobre todo en la forma en
la que es tratada la imagen en la serie publicada en el fotolibro La manza de Adán (1990) recuerdan a las fotografías
realizadas por Nan Goldin; donde se aborda la cuestión del transgénero con
imágenes captadas entre 1982 y 1987 en burdeles de Talca y Santiago de sujetos
masculinos que adoptaban identidades femeninas. Es un periodo que se vio marcado
por la crisis del sida que afecto sobre todo a aquellas comunidades que no se
correspondían con la sexualidad normativa, normatividad, que irremediablemente
los redimía a una marginalidad. La otra serie que aborda la cuestión de la
sexualidad y sus márgenes ya si respondería a una cisexualidad; es la serie Prostíbulos (1999-2002) donde aparece
una relación entre los clientes y las trabajadoras en burdeles pobres de Curanilahue
y Valparaíso.
Otras series muestran imágenes que en cierto modo si son más visibles, pero sobre las que se suele apartar la mirada, como la de gente
pobre fotografiada en espacios públicos en la década de los 70 y primeros 80, periodo
en el que Chile estaba sumido en un profunda crisis económica, en gran medida
derivada de las practicas neoliberales propuestas por los Chicago Boys como proyecto piloto en ese país.
Otras tienen
una mirada más amable como la serie Cuerpo
o Tango, incluso Memento Mori aborda más bien la
dimensión ritual de la muerte y no tanto el aspecto trágico del duelo, pero sin
duda lo más acertado de la exposición a modo de cierre es el diálogo que se
genera entre la serie Éxeresis (2004), donde aparecen esculturas con los
genitales extirpados frente a las series Ceguera
(2003) y La luz me ciega (2010) donde se retratan personas ciegas o con problemas de visión. Está relación entre las tres series refleja aquello que nos dejan o no ver frente a aquellos que no pueden ver,
algo inevitablemente relacionado con las propias narrativas que se proponen a
través de las fotografías de Paz Errázuriz.
Cristian Sánchez San Segundo
Pensabas que ibas a estar más entretenido y al final te aburriste como un pasmarote. Algunos apuntes sobre la crítica. Creo que señalar de alguna forma la mirada femenina sobre la construir imágenes hubiera molado colega, pero te has dedicado a hacer una suerte de pseudoecfrasis de algunas series dejando de lado otras. Puedes hilar mejor, chavalote.
ResponderEliminar"Con posterioridad, un año después" es una redundancia
ResponderEliminarAmén de las redundancias de estilo, hay algunas erratas y faltan muchas tildes.
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