Candida Höfer
Galería Helga de Alvear, Doctor Fourquet 12
21 Enero, 2016 - 16 Abril, 2016
Uno de los aspectos más característicos de las fotografías presentadas, y también del lenguaje de Candida Höfer, es la absoluta austeridad con la que están construidas las fotografías, contando con la ausencia de figuras humanas. Sus imágenes suelen generar una sensación de frialdad en torno a las arquitecturas fotografiadas y sorprende en este sentido que algunas de las imágenes presentadas, las de formato más pequeño, se centren en algún objeto o rincón, escapándose de su producción habitual, pues se centran en el detalle frente a las perspectivas generales de los interiores que se forman en las grandes imágenes habituales de su producción.
En tal caso, la galería se limita a presentar las fotografías sin crear un orden evidente entre ellas o al menos no he encontrado una comunicación entre las imágenes, apareciendo como dos series completamente diferentes presentadas en una misma sala y entremezcladas. Mientras que las proyecciones de fotos del viaje entre Madrid y Cáceres tampoco responden a un orden concreto. En este caso la calidad formal de las fotografías respondería a las imágenes que habitualmente y de forma coloquial se toman durante un viaje, en principio sin más pretensión que mostrar los lugares por los que se transita. Se podrían haber mostrado de forma más evidente las transiciones que se generan durante el proceso de un viaje, algo que no queda claro; por ejemplo, las imágenes de Madrid son de la carretera de la Junquera a la altura de Arturo Soria y la Avenida de América, en el lado este de la ciudad, justamente lo contrario a la ruta hacia Cáceres, en el oeste. También da la sensación en muchas ocasiones de haber sido tomadas de una forma totalmente arbitraría, aunque al menos las realizadas tal vez entre Miravete y Cáceres consiguen, por el movimiento del coche, recordándonos en cierto modo a algunas de las fotografías pintadas de Gerhard Richter.
Cristian Sánchez San Segundo
Galería Helga de Alvear, Doctor Fourquet 12
21 Enero, 2016 - 16 Abril, 2016
La galería Helga de Alvear presenta la exposición individual
The Space, the Detail, the image de Candida Höfer. Siguiendo la política
habitual de la galería, no es la primera exposición de una artista alemana que
se presenta en ella, no en vano, la galerista es de origen alemán. En este
sentido, por la galería han pasado otros artistas como Thomas Demand o Thomas
Ruff, este último relacionado con Höfer en el marco de la Kunstakademnie de
Düsseldorf, donde se formaron. Aunque ambos son muy diferentes en la forma que
tienen de tratar la imagen, sus temas muchas veces confluyen. Es importante señalar que Höfer actualmente es una de las artistas más destacadas de Alemania, junto
con el ya mencionado Ruff, Thomas Struth o pintores como Sigmar Polke y Albert
Oehlen.
Höfer, en su condición de fotógrafa se forma con Bernd y
Hilla Becher. En este sentido y aunque las arquitecturas y la forma de
mostrarlas dista completamente; los Becher fotografiaban arquitecturas
industriales desde el exterior; Höfer, en sus series más famosa, que viene
realizando desde 1979, fotografía interiores de arquitecturas palaciegas,
bibliotecas, instituciones públicas, bancos, etc, en gran formato, son imágenes
que confluyen en la forma solemne con la que son tratados los espacios. Varias
de las obras presentadas en la galería responden a esto, pero también se han
presentado otras en distinto formato.
De las fotografías de gran formato, que son las más destacables y también las más características, se han presentado en la galería imágenes correspondientes al Teatro Estatal de Linz. Las de más pequeño formato son de interiores de bibliotecas y corredores de monasterios y abadías benedictinas en Austria. También y por primera vez se muestran en la última sala proyecciones de imágenes tomadas en la ruta entre Madrid y Cáceres.
De las fotografías de gran formato, que son las más destacables y también las más características, se han presentado en la galería imágenes correspondientes al Teatro Estatal de Linz. Las de más pequeño formato son de interiores de bibliotecas y corredores de monasterios y abadías benedictinas en Austria. También y por primera vez se muestran en la última sala proyecciones de imágenes tomadas en la ruta entre Madrid y Cáceres.
Uno de los aspectos más característicos de las fotografías presentadas, y también del lenguaje de Candida Höfer, es la absoluta austeridad con la que están construidas las fotografías, contando con la ausencia de figuras humanas. Sus imágenes suelen generar una sensación de frialdad en torno a las arquitecturas fotografiadas y sorprende en este sentido que algunas de las imágenes presentadas, las de formato más pequeño, se centren en algún objeto o rincón, escapándose de su producción habitual, pues se centran en el detalle frente a las perspectivas generales de los interiores que se forman en las grandes imágenes habituales de su producción.
En tal caso, la galería se limita a presentar las fotografías sin crear un orden evidente entre ellas o al menos no he encontrado una comunicación entre las imágenes, apareciendo como dos series completamente diferentes presentadas en una misma sala y entremezcladas. Mientras que las proyecciones de fotos del viaje entre Madrid y Cáceres tampoco responden a un orden concreto. En este caso la calidad formal de las fotografías respondería a las imágenes que habitualmente y de forma coloquial se toman durante un viaje, en principio sin más pretensión que mostrar los lugares por los que se transita. Se podrían haber mostrado de forma más evidente las transiciones que se generan durante el proceso de un viaje, algo que no queda claro; por ejemplo, las imágenes de Madrid son de la carretera de la Junquera a la altura de Arturo Soria y la Avenida de América, en el lado este de la ciudad, justamente lo contrario a la ruta hacia Cáceres, en el oeste. También da la sensación en muchas ocasiones de haber sido tomadas de una forma totalmente arbitraría, aunque al menos las realizadas tal vez entre Miravete y Cáceres consiguen, por el movimiento del coche, recordándonos en cierto modo a algunas de las fotografías pintadas de Gerhard Richter.
Cristian Sánchez San Segundo
No tenías demasiado que decir desde luego, pero anda que no te has aguantado las ganas en determinado momento. Al menos mencionar Quismondo y a los Dominguín. Eso es lo más reseñable de un viaje entre Madrid y Cáceres por Navalmoral.
ResponderEliminarSí, es cierto. Pareces más preocupado por la carretera de Extremadura, que por el procedimiento artístico de Cándida Höffer.
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