Exposición: Paz Errázuriz
Sala Fundación Mapfre Bárbara de
Braganza
Del 16 de diciembre al 28 de
febrero de 2016
La fundación Mapfre presenta la exposición de
Paz Errázuriz, una retrospectiva de ciento setenta fotografías, con un fuerte
compromiso social, ordenadas cronológica y temáticamente.
La artista chilena Paz Errázuriz (Santiago
1944), maestra de formación, comenzó a utilizar la fotografía de forma
autodidacta movida por la necesidad de denunciar la cruda realidad que vivía la
gente de su país, lo que la llevó a fundar la Asociación de Fotógrafos
Independientes en 1981. Creando un estilo de fotografía documental, retrata la
realidad de las personas en Chile en esa época, bajo la brutalidad de la
dictadura de Pinochet en los años 70, como se refleja en la serie Los dormidos donde aparecen personas
durmiendo en la calle, malviviendo, o la gente reunida en manifestaciones contra
el régimen y la represión de la policía durante la dictadura.
Con un punto de vista feminista, Paz Errázuriz
realizó su serie Mujeres de Chile, en
los años 90, retratando mujeres en diferentes oficios: monja, maestra,
recolectora de carbón, son personajes reales, con oficios modestos. La artista siempre
fotografía personas que no cumplen con las normas de comportamiento
tradicionales, las minorías de su país, las personas fuera del sistema, como vemos
en la serie Tango, Los boxeadores, El circo, en esta última los personajes se caracterizan por llevar
una vida nómada.
En la serie Las edades de la vida (y la muerte), a partir de los años 80, el tiempo
es el hilo conductor con fotografías de ancianos y niños. Cabe destacar las
fotografías de personas mayores, completamente desnudas (serie Cuerpos), en blanco y negro, cuyo tema es
un asunto tabú: los desnudos de ancianos, con cuerpos envejecidos y gruesos. La
artista denuncia la idea de la vejez espantosa, le interesa el paso del tiempo
a través de los cuerpos envejecidos, mostrados dignamente.
En los años 90 Paz Errázuriz visitó varias
veces el hospital psiquiátrico Philippe Pinel de Putaendo, donde realizó diversas
fotografías de personas desatendidas por sus familias. Sin embargo, la serie El infarto del alma se centra en la
ternura de los personajes que viven en el hospital, fundidos en abrazos. En la
serie Antesala de un desnudo (1999)
la artista refleja la realidad de las duchas del hospital donde se encuentran
los cuerpos hacinados de las ancianas desnudas, en salas sucias, que recuerdan
la cárcel, denunciando la falta de libertad de esas personas y las condiciones
deplorables en las que vivían.
La artista había
entrado en contacto con las prostitutas de Santiago y Talca en la década de los 80. En 1990 se publicó
un fotolibro La manzana de Adán con
fotografías en blanco y negro de Paz Errázuriz donde aparecen prostitutas
posando como odaliscas en la cama y en la calle. Destaca la naturalidad con la
que posan las mujeres y algunos hombres travestis. En su última serie Muñecas, frontera Chile-Perú (2014) vuelve
a retomar el tema de las prostitutas, pero esta vez a color.
En la época de la democracia, años 90, Paz Errázuriz
conoció a Jérawr-Asáwer, una mujer indígena de la etnia animista Kawésqar, que
se estaba extinguiendo. Este encuentro la indujo a realizar la serie Los nómadas del mar, en la cual la
artista hizo retratos de indígenas resaltando sobre un fondo de montañas y
cielo, como personas libres en la naturaleza, retratados con dignidad. Estas
fotografías nos dan idea de extinción, del fin de Sudamérica.
La exposición fotográfica de Paz Errázuriz es
interesante por tener un fuerte compromiso social y plasmar la realidad de las
personas en Chile, en una época complicada: la dictadura de Pinochet en los
años 70 y la posterior democracia en los 90. Son fotografías crudas, realistas,
en blanco y negro en su mayoría, que reflejan la dureza de la vida chilena en
esa época, además con el toque feminista que le da la fotógrafa. La artista
identifica a veces su obra con etapas de su vida, empatizando con los
personajes marginales, que posan con gran naturalidad frente a la cámara.
Erika de Gracia Cámara
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ResponderEliminarLos hombres travestis no existen, en tal caso serán hombres travestidos. De todos modos, en contexto es más adecuado hablar del concepto transgénero, básicamente por la deriva discursiva que se ha generado a partir de las teorías sobre los cuerpos y sexualidad no normativos.
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