miércoles, 27 de enero de 2016

Farbe. Álvaro Giménez

Farbe

Jus Juchtmans
Undertow
Galería Nieves Fernández
12.11.2015 - 04.02.2016

Vemos en la cuarta exposición individual de Jus Juchtmans (Morstel, Bélgica, 1952) en la galería Nieves Fernández, Undertow, que sus monocromos se disponen de una manera conscientemente ordenada, consiguiendo configurar lumínicamente este lugar. Este artista lleva varios años utilizando un recurso consistente en la superposición de capas acrílicas de colores planos pero traslúcidos que le ha ido llevando a resultados diversos y aparentemente infinitos. La muestra es, por tanto, una selección de productos finales y tras cada uno de ellos se esconde un repetitivo e indeciso trabajo. Cada lienzo es una conclusión de un largo proceso que finalmente constituye un foco de luz y, así, cada uno de los elementos de una red cromática.

Las pinturas de Juchtmans son, además, superficies especulares que se han conseguido a través de una factura poderosamente brillante, entre lo plastificado y, a veces, lo caramelizado. Se preocupa, pues, de que su relación con el espectador sea ciertamente íntima, pero también, de que sus pinturas conformen un medio para la identificación y confrontación con un "YO". Esto ocurre cuando ese reflejo que además hace aparecer figura en la imagen abstracta, hace al sujeto emerger "entrando a formar parte de la obra". No elude, por tanto, y quizá tampoco lo pretenda, su impronta, revelando así, la preocupación por la expresividad, que se creía haber desahuciado con la herencia minimal que reclama el artista.   

Partiendo del formalismo que contiene un despliegue expositivo tan visualmente agradecido, se reconoce una elaboración técnica interesantemente descuidada. Si bien hemos de admitir que la obra de Juchtmans no trata de huir en ningún momento de su posible uso decorativo y que su proyecto no contempla, a priori, dirección ideológica alguna; igualmente debemos considerar que, no resultando ambos fenómenos incompatibles, las opciones de su programa estético son tremendamente sugestivas. Peter Theunynck lo asume recogiéndolo por escrito en forma de decálogo (Insert, 1999), que le sirve a Juchtmans de manifiesto pero también casi de manual de instrucciones o como eje metodológico fundamental en su pintura: "(…) 2 Painting: 2.1 The painter works with a fixed plan; 2.1.2 One can deviate from a fixed plan; 2.2 The painting is done horizontally; 2.3 The painting is done in different layers; 2.3.1 The applying of a layer is at the same time thinking and doing; 2.3.2 By working with many layers, the painter builds in reflection; (…)". Se trata de 43 puntos que definen de manera exhaustiva, aunque pretendidamente contradictoria entre los mismos, cómo es y cómo debe ser el trabajo de Juchtmans. Theunynck decreta, con Juchtmans, una sospechosa suerte de retórica normativa sobre el acto de pintar, al que, por una parte, consigue enfriar pero, por otra, arroja muestras de su carencia en materia de restricciones técnicas. Este texto viene a cancelar, en primera instancia, cualquier reflexión circundante a la obra, todo aquel juicio que contenga interpretaciones alegóricas o problematizaciones subjetivas, como si de un artilugio de simple funcionamiento se tratase, como si el problema que presenta la pintura como procedimiento artístico se resolviera siguiendo sencillas directrices.

               Jus Juchtmans. Pinturas de la exposición Undertow. Fotografía: Galería Nieves Fernández

Quizá sea el carácter propio de una aparente producción en serie e industrializada lo más destacable en su relación con la tradición minimalista y posminimalista de finales de siglo XX. De la misma manera, parece sobrar que señalemos que la figura de Gerhard Richter preside la sala de una manera evidente y a su vez no explícita: tanto la manera en la que Juchtmans trabaja las superficies —con largas rasquetas e incluso con rodillos sobre el suelo—, como sus resultados formales nos recuerda a lo que veremos en muchos de los trabajos del pintor alemán. Juchtmans se manifiesta, posiblemente, como la consecuencia de un impasse teórico, fruto del debate en torno a la vigencia de la pintura autónoma, que a su vez, podría enmarcarse en la contradicción entre dos análisis formalistas: el greembergiano con el expresionismo abstracto en la década de los 50 y el del arte minimal que le responde posteriormente.

    Jus Juchtmans. Vista parcial de la exposición Undertow. Fotografía: jusjuchtmans.be

4 comentarios:

  1. Es bastante curiosa la presencia de artistas alemanes en las galerías de Madrid, no tanto por la cuestión cualitativa, sino por la cuantitativa.

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  2. Es bastante curiosa la presencia de artistas alemanes en las galerías de Madrid, no tanto por la cuestión cualitativa, sino por la cuantitativa.

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  3. Es cierto. Aunque Juchtmans es belga, bien podría asociarse a esa tradición.

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