viernes, 8 de enero de 2016

Escenificación de una escena. Álvaro Giménez

Escenificación de una escena

Thomas Demand & Miriam Böhm
Galería Helga de Alvear
5.11.2015 - 16.01.2016

El trabajo que se ha puesto encima de la mesa por parte de la galería Helga de Alvear parece concretarse en una exposición dividida en dos partes y en dos artistas. Entre ellos se están dibujando, con más o menos fortuna, ciertos vínculos que merece la pena observar. Nos referimos a los dos fotografos alemanes, que en nigún caso funcionan como pareja artística, Thomas Demand (1964) y Miriam Böhm (1972). Cabe destacar que quizá el dato biográfico que une a ambos artistas (Miriam Böhm fue ayudante de Demand en su estudio) también haya servido como un útil pretexto para establecer esta correlación. Son dos artistas cuyo pensamiento mantiene la constante preocupación por el problema de la espacialidad y las posibilidades reservadas a la representación visual. La percepción del espacio físico / fotográfico / real, en cualquiera de sus posibles combinaciones, es el juego en el que ambos participan junto con el espectador. Esto constituye un buen lugar de encuentro y a la vez de partida al comprender el dispositivo escultórico como un elemento organizador de esa percepción. En ambos trabajos vemos que hay una atención en su resultado final. No es lo que más les importará pero sí es necesario para llevarnos a la pregunta que va a adquirir mayor relevancia, esto es, el proceso de su realización gráfica. Por tanto, no son obras en las exista un interés por la estética de lo inacabado, sino todo lo contrario: la imagen limpia y bien ejecutada es la que va a mantener la duda sobre su propio desarrollo.
 
En el caso de Demand, la construcción de espacios procedentes de la actualidad le sirve para hacernos partícipes de un juego de ficciones que le interesa en todos los trabajos expuestos. El proceder de Demand es fotografiar instalaciones hechas de papel y cartón, que a su vez reproducen fotografías o relatos extraídos de la prensa. Es entonces un proceso de doble ficción que obliga a trascender el espacio de la representación bidimensional al que a veces el método fotografico nos suele replegar. Thomas Demand es un doble impostor y se reclama como tal. Se reafirma en la idea del que señala al artista como un imitador de imitaciones. Estas imágenes, que tienen siempre un carácter aparentemente insustancial, guardan una historia real construida por la narrativa periodística. Es ahí donde aparece el factor enigmático al que contribuye la “ausencia” paradójicamente “presente” de los hechos. Son escenarios construidos casi arquitectónicamente a la manera del plató de televisión o el decorado cinematográfico. En consecuencia, lo cotidiano y lo casual que hay en ellos queda en entredicho: hablamos entonces de una cotidianidad "inteligentemente escenificada". Lo escenificado, concepto crucial, va a ser algo en consonancia histórica e inevitable con la fotografía de su tiempo como la de Jeff Wall. Este es el caso del escondite del delincuente Whitey Bulger que Demand recrea en Patio (2014), o del misterioso agujero que sirvió como vía de fuga que aparecen en Hole (2013). La fotografía de gran formato y el acabado “pseudopictórico” que le ofrece la tecnología de impresión con la que trabaja es lo que finalmente provoca el extrañamiento y nos presenta una transgresión trasversal definitiva entre los ámbitos disciplinares habituales (fotografía, pintura y escultura). 

Thomas Demand. Patio, 2014. Fotografía: Galería Helga de Alvear.

Thomas Demand. Hole, 2013. Fotografía: Galería Helga de Alvear.




Aunque desde un punto de vista mucho más formal y reductor, Miriam Böhm va a plantearse también la cuestión de los cercos del espacio destinado a lo fotográfico. Las imágenes de Böhm llevan más adelante la ausencia que planteaba Demand: esta ausencia es total en cuanto a referencias y así, la narración es entendida como consecuencia de lo figurativo. Su pregunta es siempre por lo físico de la representación: ella sí trae, a diferencia de Demand, la escultura físicamente. Tanto en esas piezas tridimensionales como en sus fotografías de reimpresiones de sucesivas fotografías intervenidas hay una dinámica de intersecciones de planos y líneas que pretende conseguir una relación con la misma arquitectura de la sala (Serie Detail). Pero, el proyecto de Böhm funciona como conjunto y queda desconectado en una lectura individualizada de las piezas. No completa el camino que emprende hacia una verdadera abstracción visual, se aleja de Demand y reduce su trabajo a una posición accesoria. Aunque más estáticos, otros trabajos de la artista (la serie Set o la serie Inventory) hubieran entrado a dialogar más adecuadamente con la fotografía de Demand evitando un relato expositivo a dos velocidades en el que podríamos encontrar un sesgo patriarcal.


Vista general de los trabajos de Miriam Böhm en la exposición. Fotografía: Galería Helga de Alvear.

1 comentario:

  1. La firma de una reseña nunca va junto al título de la misma, como si se tratase de un titular.
    Las exposiciones no se suelen "poner encima de la mesa".
    No se entiende lo del "sesgo patriarcal".

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