Exposición:
Tierra líquida
Artista: Rainer Splitt
Centro: Galería Pilar Serra, Santa Engracia, 6
Fechas:
12 de enero de 2016 – 06 de marzo de
2016
Rosalind
Krauss escribió en los setenta que, desde hacía una década, la escultura y la
pintura habían sido amasadas, extendidas y retorcidas en una demostración
extraordinaria de elasticidad. Krauss explicaba en su artículo La escultura en el campo extendido, cómo
la atención de los artistas empezó a centrarse en los límites externos de los
términos de exclusión de la escultura. Esta extensión y ampliación del
territorio escultórico de la que habla Krauss es el camino que toma Rainer
Splitt (Celle, Alemania, 1963),
trasladado al ámbito de la pintura.
La
galería madrileña Pilar Serra acoge Tierra líquida, la segunda exposición individual que dedica al artista, al que también
representará en su stand de Arco 16.
El trabajo de Splitt, difícil de encasillar en una única
categoría, es un híbrido entre pintura y escultura. Sus piezas son pinturas escultóricas; pinturas en el campo
expandido. Sin embargo, no ha llegado a este territorio por casualidad: su
modo de trabajo ha ido evolucionando de manera gradual. Desde que a finales de
los años ochenta comenzara a realizar objetos tridimensionales, su obra ha ido
evolucionando a través de la experimentación con los materiales y un estudio
profundo del volumen, el color y la capacidad de expansión de los pigmentos
líquidos, dando como resultado sus pinturas vertidas, protagonistas de Tierra Líquida junto a los papeles
plegados.
Las pinturas vertidas son manchas de color, mezcla de pintura
y emulsiones sintéticas, que se derraman sobre la superficie y la invaden,
generando así formas escultóricas de gran intensidad luminosa. Aunque solidificadas,
parecen conservar aún su estado líquido, como un pequeño estanque de aceite y
pigmento. La pintura se convierte en víctima de
la arbitrariedad gravitatoria, viéndose más influida por la plasticidad y
densidad del propio fluido que termina adaptándose al objeto o espacio al que
se adhiere durante el secado, que por la voluntad del artista. Tiempo y
gravedad juegan un papel trascendente al determinar así la dirección y la expansión
de la pintura, nacida de un azar y una libertad estudiados en profundidad. Lo
mismo ocurre con los papeles plegados o paperpools. Impregnados de pintura,
sugieren cajas dobladas, recipientes de pintura que han sido desdobladas para después
vaciarse y derramar su contenido, creando así, de nuevo, la sensación de fluir
y movimiento tan característica en la obra del alemán.
El minimalismo americano es la irremediable referencia
a la que nos conducen las cajas de Splitt. En la
nota de prensa de la Galería Pilar Serra, las palabras de Konrad Bitterli
apuntan que: “Su obra parece estar firmemente situada dentro de las
manifestaciones artísticas de las décadas de los 60 y los 70. Lo que es
crucial, sin embargo, es que su trabajo no permite en sí mismo ser reducido a
esas tradiciones y, de hecho, las renueva y reinterpreta de una forma
extraordinariamente precisa y brillante”.
La apuesta más novedosa de la exposición: las fotografías
como soporte de los vertidos acrílicos de color. Splitt juega con las luces reflejadas en
espejos y cristales y derrama sobre ellas pigmentos puros y brillantes que se
proyectan hacia el exterior del marco.
Aida Olivera Benito
El espacio de la galería, y la disposición de las obras, pared y suelo combinadas; me trasladan a una sucursal de la firma VITRA, en la que todo es termo plástico inyección y Verneer Panton. El concepto de pintura escultura es un buen giro de rosca, pero no es nuevo.
ResponderEliminarGracias,