miércoles, 23 de diciembre de 2015

Que oír con los ojos es amante astucia

Que oír con los ojos es amante astucia.

Cecilia Paredes: Oyendo con los ojos.

Organiza: Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte 
Comisariado: Alejandro Castellote, Blanca Berlín
Coordinación: Raúl Alonso Sáez 
Copias fotográficas: Clorofila Digital 
Montaje: Artec Exposiciones 

El centro de promoción de arte Tabacalera nos ofrece hasta el 17 de Enero una exposición que recoge los ejemplos más notorios de la creación de la artista peruana Cecilia Paredes. Una colección que aúna Fotoperformance, escultura e instalación, y que gira en torno a la preocupación principal de la artista: generar la reflexión acerca de los problemas más acuciantes del mundo humano los cuales son resaltados al ponerse en relación con la naturaleza. Naturaleza que la artista trata como un ente sagrado, un ideal de equilibrio que todos deberíamos perseguir, a través de la cual se nos invita a reflexionar acerca de la problemática de nuestra forma de vida.
En ocasiones, la naturaleza no basta para poner en relieve el contenido político de determinadas obras, algo que la artista resuelve con el uso símbolos mitológicos, especialmente la latinoamericana, mediante los cuales genera los relatos que le permiten denunciar un problema concreto; es el caso de sus obras Quetzalcoatl, o La habitación.

De esta forma la artista crea un microcosmos en su exposición, donde toda su simbología natural aparece tratada de una forma plástica y muy visual. Ya el título de la exposición,  Oyendo con los ojos, se sirve de una sinestesia para contarnos lo que nos aguarda, una obra en la que el mensaje nos llega a través de la vista, con obras llenas de colores, reflejos de cristal, plumas y coloridos juegos de mímesis. Se genera así una estética muy particular, no solo por lo vistoso y llamativo de los materiales, sino también por el uso constante de elementos decorativos de culturas como la china, japonesa, minoica o hindú que encontramos en muchas de sus fotoperformance, y que en ocasiones puede rozar lo recargado.
Este efecto estético de sus obras se potencia en Tabacalera por el aspecto de las salas, donde la pintura desconchada, las viejas tuberías, y las recónditas salitas de la vieja fábrica, crean un fuerte contraste con las coloridas fotografías llenas de elementos animales y florales, y con las instalaciones que tratan de recrear una naturaleza muy particular. Es este el caso de las obras Ucayal, Enredadera: all together now, o El Manto. Sin duda este particular escenario potencia el efecto que muchas de estas obras buscan: resaltar los desequilibrios y necesidades del mundo humano al comparar este con el mundo natural.

Por todo ello es evidente que la exposición Oyendo con los ojos de Cecilia Paredes nos ofrece una experiencia muy particular, un breve lapso de desconexión mientras nos adentramos por los pasillos de Tabacalera al encuentro de unas obras que llaman poderosamente nuestra atención y nos ofrecen una serie de relatos de culturas ancestrales, mitología y una naturaleza que trata de mostrarnos la necesidad de crítica y cambio del mundo en el que vivimos.
Sin embargo esta atmósfera creada por la artista y enfatizada por las instalaciones de Tabacalera tiene una contrapartida, y quizá lo que debemos reprochar a la artista, es la pérdida de fuerza que sufre el discurso político de su exposición, al verse asfixiado por unas obras tan visuales, tan llamativas, y de un esteticismo tan protagonista. Es muy posible que para un espectador poco entrenado, el relato crítico que subyace en la exposición, pase desapercibido bajo unas obras en las que su particular belleza cobra tanta importancia, que fácilmente podemos pensar que lo que en realidad se busca en ellas en proporcionarnos una experiencia estética y nada más. Y a ello contribuye el hecho de que junto a una serie de esculturas e instalaciones de fuerte contenido político y crítico, aparezcan mezcladas numerosas fotoperformance, sin más intención que la de mostrarnos una serie de juegos de mímesis de gran valor estético, pero nulo contenido conceptual.

Es este un problema que no se logra resolver a pesar del intento que se hace desde la exposición, al situar cartelas informativas junto a cada escultura e instalación. Tal vez se debería plantear la necesidad de que el espectador, mediante su propia relación con la obra de Cecilia Paredes, sea capaz de captar el relato político que la artista trata de transmitirle, sin perderse en su esteticismo dominante y avasallador.


María Utrilla Julve

1 comentario:

  1. En la ficha técnica no señalas el lugar ni la fecha de la exposición.

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