Que oír con los ojos es
amante astucia.
Cecilia
Paredes: Oyendo con los ojos.
Organiza: Subdirección General de Promoción de las Bellas
Artes. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte
Comisariado: Alejandro Castellote, Blanca Berlín
Coordinación: Raúl Alonso Sáez
Copias fotográficas: Clorofila Digital
Montaje: Artec Exposiciones
El centro de promoción de arte Tabacalera nos ofrece hasta el 17
de Enero una exposición que recoge los ejemplos más notorios de la creación de
la artista peruana Cecilia Paredes. Una colección que aúna Fotoperformance,
escultura e instalación, y que gira en torno a la preocupación principal de la
artista: generar la reflexión acerca de los problemas más acuciantes del mundo
humano los cuales son resaltados al ponerse en relación con la naturaleza.
Naturaleza que la artista trata como un ente sagrado, un ideal de equilibrio
que todos deberíamos perseguir, a través de la cual se nos invita a reflexionar
acerca de la problemática de nuestra forma de vida.
En ocasiones, la naturaleza no basta para poner en relieve el contenido político de determinadas obras, algo que la artista resuelve con el uso símbolos mitológicos, especialmente la latinoamericana, mediante los cuales genera los relatos que le permiten denunciar un problema concreto; es el caso de sus obras Quetzalcoatl, o La habitación.
En ocasiones, la naturaleza no basta para poner en relieve el contenido político de determinadas obras, algo que la artista resuelve con el uso símbolos mitológicos, especialmente la latinoamericana, mediante los cuales genera los relatos que le permiten denunciar un problema concreto; es el caso de sus obras Quetzalcoatl, o La habitación.
De esta forma la artista crea un microcosmos en su exposición,
donde toda su simbología natural aparece tratada de una forma plástica y muy
visual. Ya el título de la exposición, Oyendo con los ojos, se sirve de una
sinestesia para contarnos lo que nos aguarda, una obra en la que el mensaje nos
llega a través de la vista, con obras llenas de colores, reflejos de cristal,
plumas y coloridos juegos de mímesis. Se genera así una estética muy
particular, no solo por lo vistoso y llamativo de los materiales, sino también
por el uso constante de elementos decorativos de culturas como la china,
japonesa, minoica o hindú que encontramos en muchas de sus fotoperformance, y
que en ocasiones puede rozar lo recargado.
Este efecto estético de sus obras se potencia en Tabacalera por el
aspecto de las salas, donde la pintura desconchada, las viejas tuberías, y las
recónditas salitas de la vieja fábrica, crean un fuerte contraste con las
coloridas fotografías llenas de elementos animales y florales, y con las
instalaciones que tratan de recrear una naturaleza muy particular. Es este el
caso de las obras Ucayal, Enredadera: all together now, o El Manto. Sin duda este particular
escenario potencia el efecto que muchas de estas obras buscan: resaltar los
desequilibrios y necesidades del mundo humano al comparar este con el mundo
natural.
Por todo ello es evidente que la exposición Oyendo con los ojos de
Cecilia Paredes nos ofrece una experiencia muy particular, un breve lapso de
desconexión mientras nos adentramos por los pasillos de Tabacalera al encuentro
de unas obras que llaman poderosamente nuestra atención y nos ofrecen una serie
de relatos de culturas ancestrales, mitología y una naturaleza que trata de
mostrarnos la necesidad de crítica y cambio del mundo en el que vivimos.
Sin embargo esta atmósfera creada por la artista y enfatizada por
las instalaciones de Tabacalera tiene una contrapartida, y quizá lo que debemos
reprochar a la artista, es la pérdida de fuerza que sufre el discurso político
de su exposición, al verse asfixiado por unas obras tan visuales, tan
llamativas, y de un esteticismo tan protagonista. Es muy posible que para un
espectador poco entrenado, el relato crítico que subyace en la exposición, pase
desapercibido bajo unas obras en las que su particular belleza cobra tanta
importancia, que fácilmente podemos pensar que lo que en realidad se busca en
ellas en proporcionarnos una experiencia estética y nada más. Y a ello contribuye
el hecho de que junto a una serie de esculturas e instalaciones de fuerte
contenido político y crítico, aparezcan mezcladas numerosas fotoperformance,
sin más intención que la de mostrarnos una serie de juegos de mímesis de gran
valor estético, pero nulo contenido conceptual.
Es este un problema que no se logra resolver a pesar del intento
que se hace desde la exposición, al situar cartelas informativas junto a cada
escultura e instalación. Tal vez se debería plantear la necesidad de que el
espectador, mediante su propia relación con la obra de Cecilia Paredes, sea
capaz de captar el relato político que la artista trata de transmitirle, sin
perderse en su esteticismo dominante y avasallador.
María Utrilla Julve
En la ficha técnica no señalas el lugar ni la fecha de la exposición.
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