Exposición:
O meu sol chora
Artista: Sara Bichâo
Centro: Galería silvestre, Dr Fourquet 39
Fechas:
14 de noviembre de 2015 – 9 de enero de
2016
Sara
Bichâo (Lisboa, 1986) expone una selección de su obra más reciente en la
Galería silvestre. A pesar de su corta edad, es una artista con una base
consolidada en el mundo del arte, cuyo trabajo es representado en la actualidad
por la Rooster Gallery de Nueva York y la Barbara Davis Gallery de Houston,
Texas. O meu sol chora es su carta de
presentación en España.
“El
arte, como la naturaleza, es rítmico”, dijo Robert Delaunay. “Puedo crear una
fuga en colores, como Bach lo ha hecho en música”, afirmó Kupka. “Improviso mis
cuadros como un músico improvisa su música”, declaró Picabia.
La serie de seis dibujos es el
resultado de un trabajo maduro y muy consciente que pone el acento en la
relevancia del acto físico de dibujar. Por ello, lo más importante no es el
producto final, sino el ritual creativo que la conduce hasta ahí y lo hace
posible. Guiada por la música, Sara va componiendo mentalmente el próximo trazo
a medida que dibuja. Recupera esa idea de
Kandinsky de que la música es el referente de toda creación artística; de que
el dibujo, en definitiva, puede ser la representación visual de una composición
musical. Como una
escritura libre que discurre fruto de una relación sinestésica, las piezas
transmiten esa tensión entre el objeto físico y el acto mental. Fruto de un
acto orgánico y honesto que conecta directamente con la artista y su
imaginario, su obra se caracteriza por los colores vibrantes de una acuarela
poco aguada y la gran variedad de signos, figuras orgánicas y formas geométricas
que se combinan, a su vez, con el uso del punzón; la disposición escultórica de
la artista aflora también sobre el papel, expandiendo su campo hacia otras
direcciones.
Rigoberta
Menchú, líder indígena guatemalteca.
Álvar, nacido durante el viaje de la
artista a México, simboliza un trayecto de ida y vuelta. Es el indígena en
lucha con lo burgués. Ambas identidades conviven y se enfrentan. Esta escultura
es una suerte de puzzle en que se engranan recuerdos y detalles que simbolizan
y forman parte de la experiencia vital de su creadora: las telas de una maleta
de su abuela, retales de un vestido de la infancia, arena de playa… Cada uno de
los elementos tiene la esencia de Sara, se refieren a su presente y su pasado y,
juntos, conectados a lo largo de un proceso de creación muy fluido, forman un
pedazo de su mundo. Para ella, esos objetos no tienen una
función más en la vida, por lo que funcionarán mejor en el mundo como parte de
algo nuevo, conservando al mismo tiempo su historia original.
“Es bello lo que procede de una necesidad
interna del alma. Es hermoso lo que es interiormente hermoso” decía Kandinsky. O meu sol chora lo es. Es bella. Tiene alma.Y nos habla de la
necesidad de explorar mundos, el propio, el de la artista y el que nos
rodea.
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