miércoles, 9 de diciembre de 2015

El sonido de las formas



Exposición: O meu sol chora
Artista: Sara Bichâo
Centro: Galería silvestre, Dr Fourquet 39
Fechas: 14 de noviembre de 2015 – 9 de enero de 2016

Sara Bichâo (Lisboa, 1986) expone una selección de su obra más reciente en la Galería silvestre. A pesar de su corta edad, es una artista con una base consolidada en el mundo del arte, cuyo trabajo es representado en la actualidad por la Rooster Gallery de Nueva York y la Barbara Davis Gallery de Houston, Texas. O meu sol chora es su carta de presentación en España.

“El arte, como la naturaleza, es rítmico”, dijo Robert Delaunay. “Puedo crear una fuga en colores, como Bach lo ha hecho en música”, afirmó Kupka. “Improviso mis cuadros como un músico improvisa su música”, declaró Picabia.

La serie de seis dibujos es el resultado de un trabajo maduro y muy consciente que pone el acento en la relevancia del acto físico de dibujar. Por ello, lo más importante no es el producto final, sino el ritual creativo que la conduce hasta ahí y lo hace posible. Guiada por la música, Sara va componiendo mentalmente el próximo trazo a medida que dibuja. Recupera esa idea de Kandinsky de que la música es el referente de toda creación artística; de que el dibujo, en definitiva, puede ser la representación visual de una composición musical. Como una escritura libre que discurre fruto de una relación sinestésica, las piezas transmiten esa tensión entre el objeto físico y el acto mental. Fruto de un acto orgánico y honesto que conecta directamente con la artista y su imaginario, su obra se caracteriza por los colores vibrantes de una acuarela poco aguada y la gran variedad de signos, figuras orgánicas y formas geométricas que se combinan, a su vez, con el uso del punzón; la disposición escultórica de la artista aflora también sobre el papel, expandiendo su campo hacia otras direcciones.

 “Nosotros no somos mitos del pasado, ni del presente, sino que somos pueblos activos. Mientras que haya un indio vivo en cualquier rincón de América y del mundo, hay un brillo de esperanza y un pensamiento original”. 
Rigoberta Menchú, líder indígena guatemalteca.


Álvar, nacido durante el viaje de la artista a México, simboliza un trayecto de ida y vuelta. Es el indígena en lucha con lo burgués. Ambas identidades conviven y se enfrentan. Esta escultura es una suerte de puzzle en que se engranan recuerdos y detalles que simbolizan y forman parte de la experiencia vital de su creadora: las telas de una maleta de su abuela, retales de un vestido de la infancia, arena de playa… Cada uno de los elementos tiene la esencia de Sara, se refieren a su presente y su pasado y, juntos, conectados a lo largo de un proceso de creación muy fluido, forman un pedazo de su mundo. Para ella, esos objetos no tienen una función más en la vida, por lo que funcionarán mejor en el mundo como parte de algo nuevo, conservando al mismo tiempo su historia original.

 “Es bello lo que procede de una necesidad interna del alma. Es hermoso lo que es interiormente hermoso” decía Kandinsky. O meu sol chora lo es. Es bella. Tiene alma.Y nos habla de la necesidad de explorar mundos, el propio, el de la artista y el que nos rodea. 




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